La banda, lejos de facturar el típico segundo álbum continuista, se sinceraba así acerca de su debut:
"No terminaba de ser sincero con quienes realmente somos en directo y en la vida”.
["How High Lily?"] Es real, tiene actitud real y sentimientos reales”, apostilla Guille. Aplican la fórmula que ha dado entidad a la banda pero ahora, más que nunca, al servicio de la víscera. Y con otra novedad: en varias canciones se alejan de los paisajes pastorales tan frecuentados en su debut y ahora se abrazan a la aridez de los decorados naturales de los ‘westerns’ de Sergio Leone y Clint Eastwood, otra de sus muchas debilidades.
“A nivel general, si el primer disco sonaba a bosque, este suena a desierto”, afirma Guille tajante, y remata:
“No solo el sonido, también la portada, ahora más austera y cálida, las fotos de promoción, secas y calurosas... Es una idea global en este disco”.