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 Hora Zulu

ENTREVISTA

Coplas de Negra Inquietud por Daniel Martín
04 de Diciembre de 2013 2564 lecturas
El pasado 19 de setiembre, después de trece años de carrera y cinco álbumes publicados, Hora Zulu anunciaban un punto y aparte en su carrera. Los motivos: la mala situación del panorama musical, la pérdida de ilusión que ello supone, y la voluntad de no ensuciar el nombre que se han forjado. La música de los granadinos sonará, quizás, por última vez el próximo 14 de diciembre en Madrid en el que será su concierto 375. Zona-Zero pudo hablar con Aitor Velázquez, vocalista de la banda.

Haréis vuestro último concierto el 14 de diciembre en Madrid, ¿dejaréis que os maten las penas?

A mi personalmente no me da nada de pena dejar esto. El trabajo estaba hecho y si un día queremos hacer más discos, las puertas quedan abiertas.

En el comunicado publicado en vuestra página web habláis de “parón indefinido”, ¿es más un adiós o un hasta luego?

Pues cada día lo veo de una manera distinta, si hoy dijera algo mañana me arrepentiría de haberlo dicho.
 
¿Por qué habéis elegido Madrid para despediros tras haber tocado dos noches seguidas en Granada, vuestra ciudad natal?

Pues por nada en especial. Puede ser cosa de disponibilidad de fechas y salas, aunque en nuestro primer año como banda tocamos una quincena de veces en Madrid y desde entonces esto ha sido como tocar en casa.

¿Qué se siente al echar la vista atrás 13 años?

Se siente uno viejo, que no sabio, e igual se echa un poco de menos la inocencia que teníamos en aquel entonces.

¿Os arrepentís de algo?

No, creo que no. Quizás de no haber sacado un disco en directo, pero de poco más. Tengo una mala memoria bastante selectiva para estas cosas.
 
¿Cuál ha sido el capítulo más amargo de vuestra trayectoria?

Sin duda la muerte en 2006 de Big Simón que, aparte de habernos producido un gran disco ("El que la lleva la entiende", 2006), era nuestro aliado, nuestro técnico de sonido, y un buen amigo. A mi personalmente también me dolió mucho cuando Ernesto Cabello (guitarrista de Hora Zulú desde 2002 hasta 2011) decidió
no continuar en la banda.

¿Cómo pensáis que se os recordará dentro de unos años?

La verdad, no lo se... creo que preferiría ser olvidado y que la gente se acuerde solo de las canciones
y no de nosotros.

¿Cuál es el diagnóstico de la música alternativa en este país?

Si te digo la verdad no tengo ni idea. Estoy poco informado de música actual, pero si tuviera que opinar por lo que veo en los festivales, la palabra “alternativa” no se si es la más idónea.

¿Crees que se ha infravalorado vuestro trabajo?

Tampoco lo se, pero creo que hemos llegado profundamente al corazón de alguna gente. Siempre he pensado que si le gustáramos a una mayoría, probablemente estaríamos haciendo algo mal. Yo me siento medianamente satisfecho con lo dicho hasta día de hoy.
 
¿Cómo ha vivido Hora Zulú la crisis musical?

¿Crisis? ¿Qué crisis? (ríe de nuevo). El trabajo de un músico es tocar y si tocas menos, claramente pasas más hambre. Pero el hambre agudiza el ingenio, y eso siempre viene bien para crear. Peor lo están pasando los albañiles...


¿Ha influido de alguna manera la situación profesional sobre la convivencia dentro de la banda?

No, no, ni mucho menos. La convivencia siempre ha sido muy parecida. En una empresa que dura catorce años siempre hay días y días. Pasa hasta en las familias mas mansas.

¿Nos dejáis en el momento en que más os habíais aproximado a vuestro cenit creativo?

Sí, es muy posible. Considero que estamos en un buen momento en cuanto a letras y composiciones
musicales y encima en bastante buena forma en los directos. Así que me alegro aún más de dejarlo aquí y ahora.

Tengo entendido que estáis ya metidos en otros proyectos personales...

Por mi parte tengo mucho escrito pero me parece pronto para pensar en eso, con el cadáver de Hora Zulú aún caliente.
 
¿Qué crees que os ha faltado o sobrado para poder haber llegado a un público más grande?

Tal vez buscarlo. A mi me gusta un grupo de cada cincuenta que escucho. Si pongo la radio, uno de cada cien, y si veo la tele, uno de cada mil. Así que sería muy raro que una banda de las características de la mía le gustara a todo el mundo. De hecho, lo consideraría un síntoma afrentoso.


Foto: FranOrtiz
  


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