CRÓNICA
Marduk
Marduk, Valkyrja, Attic, Survival Is Suicide
05 de Mayo de 2019
por Jorge Azcona Sala Tótem, Villava (Navarra)
1707 lecturas
Marduk, Valkyrja, Attic, Survival Is Suicide
Mientras todo el país era sacudido por la fiebre Metallica, la escena extrema se sumía en una de sus giras más genuinas y atractivas de lo que llevamos de temporada. La tercera parte del Viktoria Europa tour, también bautizado como March Of Ash And Rust, desembarcaba en nuestro país con la actual versión de Marduk a la cabeza (aún de actualidad pese a contar tan solo con Morgan Håkansson como miembro original) y un elenco de invitados que a la postre sería de lo más sorprendente de la noche.
Es reconfortante ver como el dúo catalán Survival Is Suicide, cuyo planteamiento resulta enrevesado incluso para el sector extremo, ha sido capaz de embarcarse no solo en las tres fechas nacionales de la gira, sino en todo su último tramo mostrando su peculiar propuesta en países como Portugal, Francia o Alemania. Su mayor particularidad es la ausencia de guitarras, y es que pese a llevar alguna cosita pregrabada los hermanos Epojè y Zaratozom se bastan de bajo y batería para experimentar con el death y el black metal sin morir en el intento. Ya sabemos cómo funciona esto, si fueran de Florida o Göteborg sería mucho más original y reconocido que cuando proviene de Gavà. A pesar de ello, del pobre aspecto de la sala a esas alturas (hablamos de las siete de la tarde) y de algún fallo evitable como en el inicio de "Perception As Default", de su debut, temas como "Demon" o el propio "Retrovolution" demostraron que las barreras están para quien quiera ponérselas.
Los que encontramos en la variedad de este tipo de carteles un punto a favor, algo no muy habitual cuando hablamos de metal extremo, agradecimos tener a un grupo como Attic en el pack. Si buscas su nombre por la red, seguramente te resulte complicado no ver el de King Diamond o Mercyful Fate a su lado, sin embargo, su poca originalidad (aunque a día de hoy me resulte más novedoso sonar al Rey Diamante que a la enésima moda imperante) se ve compensada por el hambre que desprende la banda y una puesta en escena de lo más visual. Un intenso olor a incienso y la intro "Ludicium Dei" daban la bienvenida a un quinteto comandado por Meister Cagliostro, espectacular maestro de ceremonias. Apoyándose en casi todo momento del falsete pero con una facilidad pasmosa para todo tipo de registros, sería el principal reclamo de una actuación enfocada hacia su último disco, con temas que se sostienen por sí mismos y donde también pudieron lucirse Katte y Rob, bien cruzando sus hachas y doblando melodías al más puro estilo ochentero como en "The Hound Of Heaven", o en esa intensa semi-acústica que responde al nombre de "Dark Hosanna". Aunque algunos no les hayamos prestado atención hasta este "Sanctimonious", "The Headless Horseman" sirvió de homenaje, además de cierre, para los afortunados que ya venían con la lección más que aprendida. Apunten su nombre.
La luz y la parafernalia religiosa dejaron paso al humo, la oscuridad y a la primera visita de Valkyrja a España. No obstante, si hay algo que comparten Attic y los suecos es aquello de tener un frontman en el que confiar. Tan difusa como sus figuras pero con una fuerza descomunal, la voz (y solos puntuales) de S. Wizen fueron el eje en el que giraron "Crowned Serpent", perfecta toma de contacto con el género que hoy nos ocupaba, "Opposer Of Light" y ese ritmo lento y pesado que puso el complemento perfecto a tanto blast-beat y "Oceans To Dust", del lejano "Contamination". Meterlos en el saco de unos Watain me sigue pareciendo un error, y el cierre con el enorme "Throne Ablaze", instrumentalmente más rico que el black metal monótono y aburrido que destilan grupos ya consagrados, acabó por destapar todas sus cartas.
La elección (y ejecución) de los grupos invitados hizo que nos olvidáramos por un momento del plato fuerte de la noche. Sin embargo, dos misiles del tamaño de "Panzer Division Marduk" y "Baptism By Fire" abrieron fuego devolviéndonos a la realidad en apenas cinco minutos. Despachar algunos de tus temas más emblemáticos tan de primeras no es algo muy habitual, pero tampoco es algo que preocupe a Marduk a estas alturas de la película, dejando claras las intenciones con las que afrontan esta gira. Las sirenas antiaéreas empezaban a sonar, señal de que "Werwolf" tendría su sitio representando a "Viktoria". Puede que no sea lo mejor que haya grabado Morgan a lo largo de su carrera, ni que tenga mucho sentido denominar así a una gira disfrazada de grandes clásicos. No obstante, sorprendió su aplaudido recibimiento junto a "Equestrian Bloodlust", segunda y última pieza que rescatarían del dividido "Viktoria". Como si de un viaje de golpes temporales se tratase, "Of Hell´s Fire" nos devolvía a los Marduk más rápidos y primitivos para contrarrestar con "The Levelling Dust" y su cadencia casi militar. Y es que si en algo destacó su repertorio, además de contentar a casi todos a pesar de su brevedad, fue en repasar toda su discografía, combinando de manera acertada su etapa oscura con la más bélica e incluyendo nada menos que 10 de sus 14 trabajos.
El único momento de tregua llegaría con "Deathmarch", interludio colocado estratégicamente en el ecuador del show para empalmar con "Throne Of Rats" y dar inicio a su segunda mitad. Si algo ha caracterizado a Morgan a lo largo de todos estos años ha sido su capacidad de reinventar a la banda saliendo victorioso (nunca mejor dicho) en casi todas sus decisiones, y esta vez no iba a ser una excepción. Mientras Mortuus está cada vez más asentado al frente de la banda (muchos ya no se imaginan a Marduk sin él), Simon "Bloodhammer" ocupaba el puesto de Fredik Widigs tras los parches dotando de savia nueva a clásicos como "Burn My Coffin" o "Wolves". Curiosamente, y para sorpresa de algunos, sería uno de los temas más accesibles de su catálogo, "The Blond Beast" del inédito hasta entonces "Frontschwein", el que más vítores se llevara con permiso de "The Black...", momento de retroceder a 1992 y recordar a esa banda que asoló el panorama con aquél irreverente "Fuck Me Jesus". Mucho ha llovido desde entonces, más ha cambiado la escena, sin embargo hay cosas que permanecen inalterables. La solvencia de Marduk es una de ellas.