CRÓNICA

Tras dieciocho años de solidaridad y reivindicación, Hatortxu Rock llegaba de nuevo a Lakuntza para celebrar su edición número 20, la más ambiciosa de toda su historia. 85 bandas repartidas en cuatro días y cuatro escenarios, y una organización (formada exclusivamente por voluntarios) que nada tuvo que envidiar a la de otros festivales que todos conocemos.

Sábado, 29 de Julio
Tras la caída de Bizardunak en las últimas semanas, el cartel se vería ligeramente alterado siendo Juantxo Skalari & La Rude Band y Alerta Gorria los encargados de abrir la jornada del sábado. El calor era el principal protagonista, y a pesar de que las sombras fueron lo más codiciado del recinto en la apertura de puertas, los más valientes no dudaron en darse cita en uno de los escenarios principales para bailar al ritmo del ex–miembro de Skalariak. Sonaron temas propios, pero como suele ser habitual en estos casos, fueron canciones como "Solo vivir" (que también sirvió para despedirse) las más celebradas. Los clásicos son los clásicos, y eso nunca cambia.

Kaotiko serían los siguientes en salir a escena, con un público que iba acercándose al escenario conforme el sol fue dando algo de tregua. Los de Agurain son unos fijos en este tipo de festivales, y a pesar de que Jony aún no estuviera al 100% (tras arrastrar unos problemas vocales que incluso les obligaran a suspender algún festival en plena actuación) defendieron un repertorio que fue de lo más reciente a lo más emblemático, es decir, de menos a más.

Con The Guilty Brigade llegó la hora de inaugurar uno de los escenarios situado bajo la carpa, y aunque no es fácil competir con un grupo del tirón de Vendetta el show acabó con una foto finish bastante prometedora. La propuesta del joven cuarteto es la de sonar actuales tomando como referencia casi todas las edades y variantes de la escena punk, y aunque a lo que venían era a presentar su último trabajo, “No apto para cuerdxs”, los que más siguen triunfando son algunos de los temas de su anterior “Pólvora & Whisky” como “Loco”.

Uno de los atractivos de esta edición era sin duda la cantidad de reuniones de bandas que iban a darse a lo largo del fin de semana (especialmente este sábado), y la de Ekon era seguramente la que más esperábamos. Al igual que hicieran en 2009 (precisamente en este mismo lugar en la décima edición del festival), los de Arrasate desempolvarían temas como “Gazte gaizto”, “Ekosabotaia” o “Zuentzat” con la sensación de que apenas ha pasado el tiempo. Parece mentira que sean ya veinte años desde que la banda diera un vuelco a la escena con “Zurrunbilo Kaotikoa”, porque tanto el repertorio como la banda siguen sonando igual de frescos en pleno 2017. Mientras la chavalada disfrutaba de ZOO, uno de los grupos que más lo están pegando últimamente, los nostálgicos nos quitábamos otra espinita años después. Todos contentos.

Otros que se reunían para la ocasión eran El Corazón del Sapo. Lo de los maños ha sido una gira puntual llamada “2017 formas de matar con unos tirantes” aprovechando la reedición en vinilo de “La casa magnética”, en la que además de Lakuntza ésta también haría paradas en el gaztetxe de Zarautz y su Zaragoza natal. La formación era la que grabó aquél álbum (Fer voz, Guillermo guitarra, Gabi bajo y Chuchi batería), y su directo no dejó asomar ninguna grieta que evidenciara el paso del tiempo. “El estrangulador” o “No me grites” fueron solo dos pildorazos de todos los que soltaron en una hora demostrando porqué llegaron a ser un grupo de culto dentro de la escena hardcore nacional.

Era la hora de reponer fuerzas tras un día largo y duro, y aunque tocaba tomárselo con más calma dio tiempo para comprobar el tirón que aún siguen teniendo tanto Des-Kontrol como Inadaptats. Mientras que los primeros pusieron la nota punk oi! del día (junto a Non Servium), los catalanes se sentirían como en casa no solo por la cantidad de "compatriotas" que se veían por el recinto, sino porque fue uno de los conciertos más esperado y completo para muchos.

El solape de Anestesia con Riot Propaganda dolió personalmente, pero finalmente nos decantamos por indagar en esa “Agenda Oculta” que está recorriéndose todos los festivales del país (veremos si esto no les acaba pasando factura). A juzgar por la respuesta a temas como el inicial “Plata o Plomo” y sobre todo la adaptación de Neil Young “Bienvenido al Paraíso” (que pareció estar diseñada exclusivamente para el directo), la conexión madrileño-valenciana no debe preocuparse por el corto y medio plazo. Si además cuentas con temas que ya se han convertido en auténticos himnos de la escena revolucionaria de este país como “Guerras Púnicas” o “El miedo va a cambiar de bando”, sabes que vas a salir como claro vencedor.

La propuesta desplegada por Iseo & Dodosound era sin duda una de las más arriesgadas dentro del cartel del festival, y aunque a priori esa mezcla de reggae y dancehall hubiera sido más efectiva (y divertida) en una hora más temprana, la actuación del dúo pamplonica fue un reflejo del buen momento que gozan tanto artística como comercialmente. Quien se sorprendiera del aspecto de la carpa a esas alturas de la noche, seguro que no tardará en volver a ver su nombre.

Por su parte, Revolta Permanent nos dejaban un sabor de boca inmejorable para cerrar la jornada. Si hay algún grupo capaz de resucitar muertos a altas horas de la madrugada este es sin duda el de Aitor Abio y los suyos. Su mezcla de hip-hop, rock y electrónica resulta realmente original, y la energía que transmiten en el escenario es la mayor baza del cuarteto. Por momentos sutiles (“Hide”) y en otros tan alocados como para crear un wall of death a las 4 de la mañana ("Barneko mina"), desde aquí no podemos hacer más que recomendar su directo.

A pesar de que el objetivo de cada edición es que ésta sea la última, seguro que ya se está trabajando duro en la próxima. Lo único cierto es que el listón cada año está más alto.


Fotos: Jorge Azcona, Saioa Gauilunak